TDAH en la infancia y la adolescencia: diagnóstico y tratamiento actualizado


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El trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) tiene una gran incidencia en todo el mundo. En 2022, según el informe mundial sobre la salud mental: transformar la salud mental para todos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), alrededor del 8.8 % de la población mundial lo padecía, esto se traduce en aproximadamente 85 millones de personas.

El TDAH puede impactar significativamente en la vida de las personas; en la infancia y en la adolescencia afecta especialmente el desempeño académico, la regulación emocional y las relaciones personales. Además, está correlacionado con otros trastornos como la depresión, la ansiedad y la baja autoestima. Por ello, su detección temprana y un adecuado tratamiento es de suma importancia.

Comprender qué es el TDAH, aprender a identificar sus síntomas, y reconocer la trascendencia que un tratamiento oportuno puede tener en la calidad de vida no solo del niño/a y del adolescente que la padece, sino también en la del adulto en el que se convertirá, es fundamental. Así que, hablemos del TDAH.

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¿Qué es el TDAH y cuáles son sus síntomas?

El Trastorno por Déficit de Atención e Hiperactividad (TDAH) es un trastorno del desarrollo neurológico. Sus principales síntomas son la inatención, hiperactividad e impulsividad y se manifiestan en la infancia, pero pueden prevalecer en menor medida en la adolescencia y la adultez.

El TDAH se puede presentar de tres maneras:

  • Con predominio inatento: presenta falta de atención y de concentración sin hiperactividad. En algunos casos, los síntomas suelen pasar desapercibidos, por lo que se retrasa el diagnóstico.
  • Con predominio impulsivo-hiperactivo: conductas impulsivas e hiperactivas sin falta de atención. Es la forma menos frecuente de TDAH.
  • Combinado: inatención y conductas impulsivas e hiperactivas. Suele ser el más frecuente y el más diagnosticado en niños/as.

La falta de atención involucra dificultad para concentrarse y para seguir instrucciones, desorganización, incapacidad de terminar una tarea para comenzar otra, y olvido de detalles. Por su parte, la hiperactividad-impulsividad trae consigo exceso de energía e inquietud, dificultad para esperar su turno, hablar en exceso y la toma de decisiones apresuradas. Estos síntomas pueden variar de intensidad de una persona a otra.

De acuerdo con la Asociación Española de Pediatría, estos comportamientos suelen ser normales en niños/as y niñas hasta los 4 años, sin embargo, deben remitir como parte del proceso normal de neurodesarrollo. Cuando estos síntomas persisten y afectan negativamente el desenvolvimiento del niño/a en al menos dos áreas de su vida, ya sea social, familiar o escolar, lo más recomendable es consultar con un especialista.

¿Cuál es la causa del TDAH?

El TDAH tiene una base genética hereditaria fuerte, pues alrededor del 75 % de las personas que lo padecen tienen antecedentes familiares. Pero además, también es influenciado por factores prenatales y perinatales como la exposición a toxinas y consumo de alcohol, drogas o tabaco durante el embarazo; nacimiento prematuro; bajo peso al nacer, complicaciones en el parte y problemas en el desarrollo cerebral.

Además, hay factores ambientales que pueden contribuir con la aparición del TDAH, entre ellos las dinámicas familiares inadecuadas y un entorno educativo inapropiado.

¿Cómo se diagnostica el TDAH?

Para el diagnóstico de TDAH se deben implementar protocolos de evaluación integral que permitan determinar si existe o no el trastorno, el grado y la necesidad de tratamiento. En tal sentido, profesionales de la salud capacitados se encargan de la evaluación de la historia clínica, la observación del comportamiento y del entorno del individuo, la aplicación de cuestionarios estandarizados para valorar los síntomas y la realización de entrevistas con padres y maestros para la recopilación de información.

Este enfoque integrador aportará una imagen detallada y clara del comportamiento del individuo y un diagnóstico preciso.

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Conoce los tratamientos para el TDAH

El tratamiento del TDAH debe ser individualizado, es decir, se debe adaptar a las necesidades particulares de cada persona. Dependiendo del grado o intensidad en que se presenta, puede incluir una combinación de intervenciones. A continuación las mencionamos:

Terapia Psicológica

La terapia psicológica es un componente fundamental del tratamiento del TDAH. Su objetivo es ayudar a los pacientes a desarrollar habilidades de socialización, regulación emocional y enfoque.

Por ejemplo, el enfoque cognitivo conductual permite mejorar el manejo del estrés y la frustración, utilizando las recompensas como táctica para reforzar el comportamiento positivo y las estrategias de redirección para modificar conductas impulsivas o disruptivas. Promueve la autorregulación.

Además, se utiliza la terapia para el desarrollo de habilidades sociales, que le permite a los niños/as interactuar de manera adecuada con sus compañeros, con maestros y sus padres, mejorando significativamente su capacidad de escucha y atención.

Adaptación pedagógica

Se trata de adaptaciones en el entorno educativo con el fin de facilitar el aprendizaje y el avance de los niños/as con TDAH en el ámbito académico. En tal sentido, se recomiendan adaptaciones curriculares, como por ejemplo la reducción del trabajo escrito, el empleo de material visual o la aplicación de estrategias didácticas en clases.

Además, es recomendable propiciar un ambiente estructurado con rutinas claras y, muy importante, períodos de descanso establecidos, con el objetivo de reducir el estrés.

Tratamiento con medicamentos

El uso de tratamiento farmacológico usualmente se considera en aquellos casos en los que los síntomas afectan significativamente la cotidianidad del niño/a. Se utilizan para mejorar la atención y atenuar la hiperactividad. La medicación siempre debe ser individualizada, prescrita por médicos, supervisada constantemente y complementada con psicoterapia y apoyo pedagógico y familiar.

Apoyo familiar

El apoyo familiar es fundamental para los niños/as con TDAH. Es por ello que los padres y familiares más cercanos deben educarse y formarse sobre el trastorno y las estrategias más adecuadas para implementar en casa. Además, las actividades extracurriculares son de gran ayuda para mejorar las habilidades sociales y emocionales.

Tarea de todos: educación y concienciación sobre el TDAH

A pesar de que aún no existe una cura para el TDAH, está comprobado que un tratamiento integrativo y oportuno es capaz no solo de reducir los síntomas y de mejorar el día a día de quienes lo padecen, sino también de respaldar una vida plena y exitosa.

Ahora bien, también es necesario construir un entorno social más amable y empático. Y es allí donde cada uno tiene la importante tarea de educarse sobre el TDAH y llevar el mensaje de concienciación, que derribe mitos y promueva una sociedad más inclusiva.

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